En la Asociación de Acogida y Acción Terapéutica (AAT) tenemos el privilegio de acompañar a personas que deciden romper con la adicción y empezar de nuevo. La historia de Cristina es un testimonio de fuerza, honestidad y esperanza que hoy queremos compartir.
Todo empezó con pequeños avisos. Sus amigas le repetían a menudo que bebía demasiado, pero ella lo relativizaba. “Es una línea muy fina,” explica, “y de repente pasas a consumos diarios.” Lo que parecía una fase puntual se convirtió en una rutina difícil de romper. A pesar de varios intentos por controlarlo sola —incluyendo una etapa de seguimiento en un CAS—, las recaídas se repetían. "Cuando has pasado según qué línea, es imposible hacerlo sola."
Las consecuencias de la adicción alcanzan el ámbito personal y también laboral
La adicción no sólo afectó a su salud, sino también a todas las esferas de su vida: la despidieron de dos trabajos, las discusiones familiares eran constantes, y con las amistades, por muy buenas que fueran, la relación se tensó. "Tú no eres tú," resume. "Tienes otro carácter." El detonante definitivo fue un grave accidente de tráfico. Continuó bebiendo hasta que un día, mirando hacia atrás y adelante, entendió que era el momento de elegir: o hacía un cambio real, o su vida quedaría atrapada en ese bucle. Optó por la vida.
Su paso por el centro terapéutico fue intenso pero también transformador. Entró sabiendo que no tendría acceso al móvil, que habría que seguir normas estrictas, pero eso no la asustó. "Sabía a qué venía y me sentí muy acompañada. A pesar de los momentos duros, tengo muy buenos recuerdos."
El acompañamiento de los profesionales de AAT fue clave en el proceso. "Los terapeutas son increíbles. La paciencia, cómo se vuelcan... Te hacen sentir que no estás sola." Cristina destaca también el valor de sentirse comprendida y escuchada, sin juicios.
Cuando le preguntamos qué diría a alguien que se encuentra donde ella estaba antes de entrar en terapia, lo tiene claro: "Salirse es posible, pero hay que quererlo. Hay vida más allá de las adicciones. De hecho, es la vida. Durante el consumo no hay nada, vives en una burbuja. Hoy sé que me perdí mucho, pero también se perdí mucho, pero también.
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